lunes, 4 de febrero de 2013

  ENFERMEDADES INFANTILES MAS COMUNES EN LA ESCUELA PRIMARIA TERESA CARREÑO,LA TOSCANA,MONAGAS.


La diversidad de enfermedades que se tratarán a continuación, son aquellas más comunes en los niños, aquellas que nos pueden tomar por sorpresa sin saber ni siquiera que existen, y otras que son comunes y fáciles de detectar.

 Es importante manejar todo este tipo de información.Como futura docente me parece que de es gran importancia manejar este tipo de información que vamos a ver a continuación, ya que  el día de mañana seremos representantes en cierto modo, y tendremos un contacto directo con los niños, así que debemos de estar preparadas para enfrentar diversas situaciones como las enfermedades que algún día puedan presentar nuestros alumnos.

Dichas enfermedades fueron destacadas de una investigación previa en el centro de salud de la población las cuales son:


AMIGADALITIS AGUDA.
Es una inflamación de las amígdalas (órganos de tejido linfoide como los ganglios), de la garganta a ambos lados y detrás del paladar. El tejido linfático constituye la defensa porque es el lugar donde se producen los glóbulos blancos y los anticuerpos. Los gérmenes entran en nuestro organismo por la vía respiratoria y digestiva, las amígdalas están en primera línea de defensa frente al ataque de los agentes infecciosos.

 La mayoría de las veces la causa es una infección, siendo los virus los gérmenes que con mayor frecuencia la originan, sobre todo en los primeros años de vida. Entre los factores bacterianos, el más frecuente, sobre todo a partir de los tres años es el estreptococo betahemolítico grupo A. El contagio se produce a través del de las gotas de saliva que se producen al toser, por contacto directo con el niño enfermo o por medio de los juguetes.

Los principales síntomas son fiebre alta, dolor de cabeza, dolor abdominal y falta de apetito. El dolor de garganta y el dolor al tragar pueden estar presentes pero no es un síntoma constante. Es frecuente encontrar los ganglios del cuello aumentados de tamaño como respuesta a la inflamación. Las amígdalas se encuentran enrojecidas y con un punteado blanquecino sobre las mismas o con "placas", lo que puede ocasionar un aliento desagradable. Si la causa de la enfermedad es vírica, los síntomas suelen ser menos intensos.

 El diagnóstico lo debe realizar un pediatra valorando los síntomas clínicos y la exploración de la garganta. El cultivo de exudado de faringe y un test de detección rápida del estreptococo en la garganta permite al pediatra identificar la presencia del único germen importante, el estreptococo. El tratamiento debe dirigirse a la administración de antitérmicos si el niño tiene fiebre y analgésicos si el dolor es importante
 Es recomendable ofrecer muchos líquidos y una dieta blanda. En ningún caso los padres deben administrar antibióticos por iniciativa propia. El pediatra indicará la administración de antibióticos durante 10 días para garantizar la completa eliminación del estreptococo beta hemolítico A. 
Es normal que: El niño tenga menos apetito y refiera molestias al tragar, Tenga fiebre durante uno o dos días. Se debe acudir a urgencias o contactar al pediatra si: La fiebre no cede con antitérmicos, la fiebre persiste más de 3 días, no desaparece la fiebre a las 24-36 horas de iniciado el antibiótico, tiene dificultad para respirar o "babea".

ASMA:
Es la enfermedad crónica más frecuente en la infancia y consiste en un trastorno crónico de las vías respiratorias, lo que da a lugar, en individuos predispuestos, recurrentes de tos, dificultad respiratoria y sibilancia (pitidos).
 Las causas del asma son complejas y depende de múltiples factores que pueden ser predisponentes o desencadenantes. Los primeros (la predisposición a ser asmáticos) son hereditarios y es frecuente encontrar que los pacientes asmáticos tienen antecedentes familiares (padres, hermanos, abuelos...) con asma y/o enfermedades alérgicas.


 Además también se conoce donde se localiza el gen del asma, aunque en la actualidad no tiene una aplicación terapéutica. Los factores desencadenantes son de distintos tipos: infecciones respiratorias, polen, ácaros del polvo domestico, hongos (mohos) y levaduras, partículas de la piel de gatos y perros, humo, aire frío u otros agentes climáticos, ciertas comidas o aditivos alimenticios y determinados medicamentos. Otras veces aparece a causa del contacto con agentes irritantes (humo del tabaco) o como consecuencia o complicación de otra enfermedad. También es relativamente frecuente que aparezca después de haber realizado un ejercicio, tras emociones o cambios climáticos, etc. Independientemente del estímulo desencadenante, en todos los episodios de asma los bronquios se cierran (bronco espasmo), la pared bronquial se inflama y su luz se llena de secreciones (hipersecreción bronquial)


El asma se caracteriza por episodios recurrentes de tos seca, persistente, habitualmente nocturna, sensación de opresión en el pecho, ahogo y dificultad para respirar. El pitido o sibilancia es la manifestación clínica típica de la dificultad a la salida del aire. Si se trata de un ataque severo, el niño no podrá hablar y puede aparecer cianosis (color azulado de la piel). El diagnóstico se basa fundamentalmente en una historia clínica cuidadosa Las pruebas complementarias (análisis de sangre y radiografía de tórax) servirán al pediatra para apoyar la sospecha diagnóstica y/o descartar otras patologías respiratorias que cursan con clínica semejante. Las pruebas funcionales respiratorias son necesarias para objetivar y cuantificar la severidad del asma y para el manejo terapéutico. Para la prevención es importante realizar un buen control ambiental evitando factores desencadenantes: humo del tabaco, pelo de animales, polvo domestico, evitar la exposición a infecciones víricas (retrasar su ingreso en la guardería).


 Por supuesto deberemos evitar fumar durante el embarazo y una vez que ha nacido el niño ya que ha sido demostrado que el humo del tabaco es un gran factor desencadenante. Un factor protector es la lactancia materna prolongada, particularmente en los niños con antecedentes familiares de enfermedades alérgicas. El objetivo del tratamiento del niño asmático es conseguir que pueda realizar una vida normal con todo lo que ello significa. Ello incluye:1) medidas ambientales evitando factores desencadenantes; 2) Tratamiento farmacológico; 3) educación al niño asmático y su familia. Entre las medidas ambientales es importante que la habitación del niño tenga un mobiliario sencillo y fácil de limpiar, retirar alfombras, moquetas, cortinas, peluches y cualquier objeto que almacene polvo. Usar aspiradora y no limpiar delante del niño. No es bueno que el niño asmático conviva con animales domésticos con pelo o plumas. Está prohibido fumar en casa o en el coche El tratamiento farmacológico depende de la severidad y frecuencia de las crisis y se basa fundamentalmente en broncodilatadores y anti inflamatorios. 


El pediatra nos indicará el tipo de fármaco y las dosis adecuadas para cada situación concreta. Una parte importante del tratamiento consiste en la educación al niño asmático y su familia, que debe iniciarse desde el principio. Deben de entender el concepto de asma, reconocer los primeros síntoma, cómo se trata, cómo y cuándo utilizar los medicamentos, conocer el manejo de los distintos aparatos para la administración de los medicamentos inhalados, conocer cuáles son las actividades que no debe realizar el niño y cómo efectuar un adecuado control ambiental. Se debe de acudir a emergencia o consultar al pediatra si: Persiste la dificultad respiratoria tras la dosis de broncodilatador inhalado.






CATARRO:

Es una infección aguda de las vías respiratorias altas (nariz, ojos y garganta) que pueden presentar los niños en cualquier época del año pero especialmente en invierno y en primavera.


 Es la enfermedad más frecuente en los niños y una de las principales causas de absentismo escolar. Es muy contagiosa, capaz de pasar de un niño a otro con una gran facilidad. Los niños de 1 a 6 años presentan de seis a ocho catarros al año y esta frecuencia es mucho más alta en los niños que acuden a guardería. La inmensa mayoría de las veces se produce por un virus. Hay más de 150 ó 200 virus que pueden causar el resfriado.


 Los virus presentes en las secreciones nasales pasan a otros niños fundamentalmente a través de los estornudos, la tos o de la saliva que permanece en los objetos que los niños pequeños se llevan a la boca. El periodo de contagio se inicia 48 horas antes de que comience la sintomatología y la duración de la enfermedad suele ser de 7 a 10 días. Dependen de la edad del niño son los síntomas que presenta. Los bebés menores de 3 meses, presentan dificultades para la alimentación y para conciliar el sueño debido a la obstrucción nasal. Los niños entre 3 meses y 3 años habitualmente tienen fiebre, irritabilidad y estornudos. A las pocas horas se asocian mocos, obstrucción nasal y tos. La tos puede impedir que coman o duerman bien. Más raramente tienen problemas intestinales (vómitos o diarrea). Los niños mayores de 3 años presentan irritación y obstrucción nasal, dolor de garganta, tos, lagrimeo e irritación ocular, y en ocasiones algo de fiebre y malestar general. No existe un tratamiento específico para el catarro.



 De hecho los médicos dicen que un catarro con medicamentos dura siete días y sin medicamentos una semana. Solamente se puede actuar mejorando los síntomas. Para la obstrucción nasal se recomienda lavados nasales con suero fisiológico y para la fiebre, antitérmicos. Es aconsejable beber muchos líquidos e ingerir una dieta blanda. Al ser una enfermedad producida por virus, tampoco están indicados los antibióticos.


 Es aconsejable que el niño se quede en casa durante unos días para que no contagie a los compañeros de guardería y de colegio, pero también para evitar posibles complicaciones (otitis, neumonías). Es normal que: El niño se encuentre decaído sobre todo si tiene fiebre. Presente varios catarros durante el invierno sobre todo el primer año que acude a la Guardería o al Colegio. Se debe acudir a emergencia o al pediatra si: La fiebre no le cede con el antitérmico o le dura más de 3-4 días. Se asocia dificultad respiratoria con esta enfermedad.